Verdad Suprema - Maha Yoga (preview)
CAPÍTULO I - Historia Impersonal
No soy un ser diferente de otros, mas nací conciente de la Verdad Suprema. Entonces,
Siento la Verdad Suprema
pero no pienso en ella
porque pensar es ser inconsciente.
Siento el Universo entero
pero no pienso en él,
porque pensar es desarmonizarse.
El Supremo Ser no manifestó el Universo para ser pensado.
Pensar es estar enfermo.
La corriente constante de pensamientos en los hombres de este planeta
Es una enfermedad, es un virus,
Y la Maha Yoga es la cura.
Pensar en la Esencia Divina tampoco tiene sentido,
Somos esa Esencia y no existe separación.
Bienaventurado es el Ser Divino, porque soy UNO con Él,
Porque soy compasivo y poseo la esencia natural de los frutos,
De las flores y del río que sigue su camino,
despreocupado, sin pensar.
Floreciendo y corriendo...
Esa es su Única misión en el Universo.
Existir claramente y actuar sin pensar en ello.
Me exigieron estudiar en la Universidad. Podría no haber estudiado y ser lo que siempre fuí: conciente de lo Divino. Ya tenía conciencia de la Misión Espiritual, de mi tarea en el planeta Tierra, que es juntar los seres y conducirlos a la Gran Unión Universal.
Me insistieron en que debería obtener diplomas porque iría a necesitar de ellos, y siendo yo un ser natural, no quise entrar en desarmonía. No conseguí sólo un diploma, conseguí varios, y luego los entregué de regalo a las personas que los exigieron, pues eran ellas las que necesitaban de los diplomas.
Después, me entregué a la meditación profunda, pues precisaba pautar una forma de transmitir la Verdad Universal a todos los seres, para liberarlos del yugo del cuerpo físico, de la mente pensante, de los cuales esta humanidad es víctima, para enseñar a todos que el Universo entero está dentro de cada uno, y que cada uno está dentro del Universo.
Tenía que transmitir la Verdad Universal, porque el mundo vive en la ignorancia, y llevar la sabiduría y la posibilidad de la suprema liberación a los hombres, así como todos los Maestros lo hacen.
El Maestro que, después de la realización de lo Divino no enseña al hombre el camino de la liberación, posee una gran falla en su realización. Desde que alcanzó la identificación con la verdadera Esencia, él tiene que, de una manera o de otra, actuar.
Actuar significa entrar en acción reuniendo todos los seres y conducirlos a la Verdad Universal, o sea, al lugar de origen, pues el hombre prefiere usar el intelecto que lo conduce a caminos opuestos a su verdadera esencia, la divina.
Las cosas exteriores inducen a las personas para el exterior solamente. El hombre debe retornar a su estado natural de evolución espiritual. Es necesario volverse hacia uno mismo, porque así se encuentra la solución.
La solución para todos los problemas es buscar una manera de investigarse internamente. Nosotros mismos, auto investigándonos, llegaremos a una conclusión después de un período de auto indagación. No somos el cuerpo, el cuerpo no es real. Es una ilusión temporaria que nace y muere. Todo lo que nace, muere. La mente también entorpece y muere con el cuerpo. Con los sentidos sucede lo mismo. Entonces la Única verdad es la Fuerza que manifiesta. Esa Fuerza que manifiesta no es separada de nosotros. Nosotros somos esta Fuerza.
Ahí encontramos la solución y no sufrimos, incluso viviendo en la Tierra. Es una búsqueda interna y nada puede interferir en ella. Y así el practicante descubre el Universo entero dentro de sí mismo.
Por las prácticas de auto investigación, se consigue trascender el cuerpo, la mente, los sentidos, todas las imágenes y planos, y vivir la Conciencia Divina, lo que realmente somos.
Esta Conciencia es manifestadora. Entonces la persona que busca esta Conciencia, se une a ella, despertando para sí misma, y ahí siente que no hay diferencias, no hay dualidades, y cuando se consigue eso, se permanece en éxtasis constante, pudiendo discernir entre todos los aspectos existentes en el Universo.
Esa es una propuesta que traigo a todos los seres de este planeta. Por esas prácticas se alcanza el estado natural del Ser Divino. Las plantas viven en este estado. Ellas nacen, crecen, florecen y dan su fruto. Las personas se olvidaron de que son divinas en esencia y que deben vivir naturalmente. Los hombres de la Tierra perdieron su estado natural de evolución y se organizaron en grandes aglomerados basados solamente en cosas materiales y ahí ellos comenzaron a perder el estado natural.
Se dejaron hipnotizar por el mundo exterior y no utilizaron el discernimiento que forma parte del estado natural, tornándose inconscientes de esa virtud.
Toda Verdad se resume en nosotros, y nosotros en ella. No hay separación. Pensar en cualquier separación es huir de la Verdad, es cobardía, miedo de enfrentarse a sé mismo. ¿Qué gana la persona en alejarse de sé misma, de la Verdad, y huir para los extremos y perderse en la inconsciencia? Fué dicho: "Vivir en el pensamiento es inconsciencia". Permanecer en lo que somos, en la Esencia Divina, es el consejo de todos los Maestros de la Gran Unión.
Todo es muy claro. No hay misterios. Todo es natural como el río que corre, como el nacer de las plantas. Las plantas saben de eso y por eso nacen. Por eso absorben el Sol y el Sol les dona su luz porque ellas se abren para él, porque ellas saben que no hay separación entre un elemento y otro, que no hay separación de las esencias y mucho menos de la única Esencia, la Divina. Por eso, continúan floreciendo y el río continúa corriendo claramente, porque su única misión es existir. Simplemente existir. Ser.
Otro consejo de los Maestros: "Todo aquello que es nocivo en el camino de la autorrealización, que usurpa la realidad del Ser Todo-Penetrante, que prohíbe que seamos naturales y expresar lo que realmente somos, debe ser apartado".
No importa en qué forma la fuerza usurpadora se presente. El buscador de la Verdad debe ser coherente en el camino espiritual. Lo importante es no oponerse a la fuerza usurpadora, mas sí no tener nada que ver con ella. Neutralizarla debe ser nuestra actitud.
Cuando nos sometemos a la Esencia Divina, ella nos da la Intuición Pura y automáticamente el discípulo sabe como actuar. Sigan el consejo de aquellos que despertaron y alcanzaron la realización espiritual.
Permanecer en la condición de espectador es la mejor manera de sentir la Verdad, es la mejor manera de discernir entre lo cierto y lo errado. Estando en la condición de espectador, se pueden ver claramente las trampas del ego usurpador, que se presenta de todas las formas. Esto no alcanza al discípulo que ya pasó por la experiencia y ya se convirtió en espectador, en vez de ser participante del drama temporario de este planeta.
La mayor parte de las personas son enfermas psíquicamente. Poseen acúmulos psíquicos en todos los aspectos. Tienen la mente abarrotada de sus acciones pasadas. Poseen conciencia sobrecargada. Se auto programan erróneamente. Están enfermas. Cabe a los Maestros corregirlas cuando estas personas vienen al Maestro, mas si ellas no vienen, él nada puede hacer.
Sería bueno que todos entrasen en el camino de la autorrealización espiritual, mas cada uno en este planeta, tiene karma para rescatar. El Maestro viene para ayudar a las personas en el karma, pero no puede arreglar el mundo. La Fuerza que lo manifestó, lo corregirá. Cabe a cada uno de nosotros ayudar en la mejoría del mundo.
Acuérdense siempre de que hay una Fuerza transformadora que transforma los elementos que componen la manifestación. Debemos prepararnos para colaborar con esa Fuerza que también nos transformará en nuestras deficiencias. Por eso, no se envuelvan con emociones de ningún origen. No presten atención a la explotación de sentimientos, porque son expresiones del ego encarnado y de la mente pensante.
Toda manifestación sirve apenas como vehículo de evolución para alcanzar la conciencia pura que somos. Muchas personas buscan el camino directo de la autorrealización, la Maha Yoga, porque se cansaron de los ciclos de nacimientos y muertes. Con las prácticas espirituales ellas retoman al estado natural. Se cansaron también de la organización dirigida en sentido opuesto al estado natural y divino, pues eso proviene de la mente y de la ignorancia, y no de la sabiduría. El sabio jamás haría al mundo lo que los ignorantes están haciendo. El deber de aquél que se toma sabio es vivificar en todos los seres la sabiduría y el perfecto discernimiento, y guiarlos para la autorrealización espiritual para que ellos retomen al estado natural y no tomen más parte del drama del mundo. Lo importante es evolucionar y tomarse un espectador de ese drama para ver todo claramente y discernir entre lo verdadero y lo falso, y poder ayudar a las personas que están envueltas en ese caos.
En el estado natural, somos concientes de toda manifestación, porque ella proviene de la Conciencia Suprema, y nosotros, en verdad, somos esa Conciencia que manifiesta.
La Conciencia Suprema se refleja en cada partícula de manifestación, y por lo tanto, en nosotros, que poseemos los medios sutiles para ser concientes de esa Verdad.
Cuando el hombre entra en contacto con un Ser liberado, un Maestro encarnado, venido de la Luz, puede sentir la Fuerza del Ser Universal. La Gracia Divina es la propia manifestación de la vida y la liberación de todas las formas ilusorias.
El Ser Divino es la Realidad Suprema, y para alcanzar esa Fuerza, el camino es estrecho y aparentemente sin atractivos. El discípulo necesita, para avanzar, de mucha disciplina, devoción y renuncia.
Disciplina, porque el discípulo precisa estar siempre alerta para no perderse en los extremos.
Devoción, porque el discípulo debe estar siempre en gran unión con todos los Maestros, sintiendo que es UNO con Ellos.
Renuncia, porque no puede vivir al mismo tiempo el mundo ilusorio y el de la Verdad Suprema. Cuando el discípulo, libre del miedo de la renuncia al mundo de la materia y de los apegos mundanos, se vuelve solamente para el Ser Universal, se torna un guerrero, pues lucha contra su peor enemigo, el ego profano que lo oprime, y se prepara así para recibir la Fuerza Suprema del Ser Todo-Penetrante y caminar sin ansiedad o preocupaciones, totalmente identificado con la Verdad Universal.
Los Grandes Maestros ayudan con mucha compasión a los discípulos de la Verdad Universal a liberarse de los ciclos de nacimiento y muerte, y a tornarse concientemente UNO con ellos mismos.
Benditos son los discípulos que se tornan concientes de su verdadera esencia, la divina, haciendo las sagradas prácticas de meditación profunda e de devoción suprema. Se purifican y se tornan un canal crístico de la Verdad Universal.
Aquél que se vuelve conciente de la Fuerza que manifiesta tiene, automáticamente, necesidad de enseñar a los otros que existe una solución, un estado natural. Este estado natural es algo que habita dentro de nosotros y por lo tanto, podemos expresar lo Divino. quien ya alcanzó el estado natural debe tener paciencia con los que aún viven en la mente pensante, pues poluen el mundo, destruyen todo. Esos son los inconscientes del estado natural del Ser, y por lo tanto, debemos ser compasivos con ellos. Porque es en el estado de ignorancia que viven, y en ese estado no se registran las leyes naturales de la vida.
No podemos vivir en desarmonía con las cosas que están erradas y también no precisamos entrar en armonía con ellas. Hay un camino neutro que podemos seguir. Podemos llevar paralelamente a las prácticas de la Maha Yoga, los estudios, el trabajo y participar de sus frutos necesarios, pero sin apegos. En el estado natural no se practica acción negativa.
Fué creado un sistema que obliga a la mayoría de los hombres a usufructuar lo máximo posible de aquello que se aprendió, tendiendo sólo a las ganancias y poderes materiales. El hombre se contaminó con el virus de la auto-destrucción, yendo contra todos los principios divinos.
Las florestas, por ejemplo, que nos ofrecen el oxígeno y absorben el gás carbónico, son destruídas. Y con ellas, también toda la vida. Es sorprendente el poder negativo de la autodestrucción.
Las personas tienen siempre atracción por algo. La primera atracción es por querer liberarse de todas las cosas erradas que la mayoría de las personas cultiva. Van, entonces, a través de los tóxicos, en busca del amor y de la felicidad, pero ellos no se encuentran allí. El tóxico es también un camino equivocado, porque él acaba destruyendo a las personas. Por los tóxicos la persona trasciende a un plano psíquico, pero ese plano es tan confuso y decadente como el que vivimos en la Tierra.
Cuando hay necesidad de un Maestro espiritual, él viene y conduce a las personas seriamente. No importa el lugar donde él se instala, él puede ayudar a mejorar el mundo y los seres que habitan en él. No el mundo en sé, el mundo material, el mundo establecido. Él va a abalar las estructuras que no están de acuerdo con las leyes divinas, porque ellas son inútiles, inclusive para las personas que las cultivan. Las propias personas que hace mucho tiempo cultivan religiones ya no están encontrando más apoyo en ellas. Prefieren tomar caminos extraños en los que apoyarse, pero eso tampoco conduce a nada.
La solución está en que la persona busque la esencia Suprema dentro de sí misma, que la transformará totalmente. Eso es posible, muchas personas son concientes de esa Verdad.
A medida que persona se vuelve hacia sí misma, descubre el Amor Supremo que habita dentro de ella.
Una de las mayores dádivas que los seres de la Tierra precisan es el.
Amor Universal. El amor por todo. Cuando nos tornamos concientes de que somos un Ser natural, procuramos una manera de poder transferir el Amor Universal a todos los seres.